La celebración tiene su origen en la religión, más precisamente en el Nuevo Testamento, donde San Mateo relata cuando el rey Herodes ordenó la matanza en Bélen, la cual acabo con todos los niños menores de dos años, para asegurar así que el Mesías fuera asesinado. Es por ello que la Iglesia Católica conmemora cada 28 de Diciembre la fiesta de los Santos Inocentes en modo de conmemoración a la trágica muerte de todos aquellos niños.
Con el paso de los años, esta tradición pagana fue quitandole el aspecto trágico a la fecha hasta convertirse en el “Día de los Santos Inocentes”, donde toma una connotación completamente opuesta, tomando el día como una oportunidad de jugarle bromas a los ingenuos.
Incluso los grandes medios de comunicación de habla hispana se suman a este día publicando información falsa en modo de mofa a sus lectores, el mundo anglosajón celebra una fiesta similar llamada ‘Fools Day’ (el día de los tontos) el 1 de abril.
Este cambio radical se debe a que en los primeros momentos de la religión cristiana, las fiestas eran unidas a celebraciones paganas con el propósito de que pudiera propagarse con mayor facilidad entre distintos pueblos. En este caso había un festival llamado la fiesta de los locos, un festival que se llevaba a cabo principalmente en Francia donde todo tipo de comportamientos que hubiesen sido condenados en otros momentos eran permitidos durante estas fechas. De hecho fue fielmente representado por Víctor Hugo en su obra “Nuestra señora de París’.
Se cree que el día de los Santos Inocentes tomó este ambiente festivo y le concedió un tono más infantil que de libertinaje, aprovechando los diferentes significados que se le pueden dar al termino “inocente”.
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